lunes, 14 de mayo de 2012

Cuarentena

Es duro decirlo, pero es lo que toca. Señores, de aquí  al 21 de Junio estoy encerrado. Obviamente no es porque tenga alguna enfermedad, tampoco porque haya hecho algo malo, simplemente porque he de estudiar. Es el tirón final y ayuda para subir el nivel, por lo que hay que esforzarse.

Parece que fue ayer cuando empecé el curso. Yo llegue como extranjero para mi actual clase, conocía a pocos, y de los que conocía, solo me llevaba con uno. Cuando entre flipé un poco, no había profesor, la gente estaba tranquila hablando en grupos y yo empecé a meterme en cada uno y a establecer nuevas relaciones con los que ahí estaban. He de reconocer que mi primera impresión fue pensar: "¡¿Donde me he metido?!, ¡Esto está lleno de frikis!". Al principio me asusto un poco, sobretodo cuando tuve la primera clase de deporte. En esa clase D. Paco nos mando correr las diagonales del campo de fútbol, y mientras lo hacíamos uno de mis compañeros soltó: "Gallego, D. Paco ha dicho que corramos la diagonal, ¡no la apotema!", y todo el mundo se empezó a reír. Pero a medida que ha pasado el tiempo, he ido conociendo un poco más a todo el mundo y he de reconocer que no me cambiaba a ninguna de las otras clases ni aunque me pagasen por ello.

Es curioso como de rápido ha pasado todo de rápido, curioso que parezca que empezamos ayer y  ya estamos en la recta final. Por eso ahora toca estar en cuarentena para evitar distracciones y estudiar.



sábado, 12 de mayo de 2012

Adios a mi infancia



La infancia, esa época de la vida en la que todo es reir, llorar y dormir. Una epoca en la que todos estamos en paz, en la que no conocemos nada, pero lo que conocemos es casi un universo. Y es que hoy he ido a mi antigua urbanización. He dado un paseo por ella y he visto la gran explanada de cesped en la que nos pegabamos y jugabamos a cualquier cosa, la gran encina la cual escalabamos hasta un punto que nos parecía más alto que el monte Everest, la cuesta en la que me estrelle contra el suelo montado en un triciclo, las piedras en las que me rompí la nariz, los garajes que parecían laberintos y te dejaban los pies negros, todo lo que antes me parecía enorme ahora lo percibo como enano. Se podría decir que me siento con el síndrome de Alicia en el país de las maravillas, todo se me queda pequeño.Esos días que llegabas a casa despues del colegio te tomabas un batido y un bocata que eran tres veces tu cuerpo y luego esperabas a que sonara un telefonillo para cogerlo y oir un "¡bajaté¡" o un "¿te bajas?".

Todo ha cambiado...

 Ya no hay un mayor, ahora soy el mayor. Ese mayor que llega del colegio, se toma algo en menos de veinte minutos y se pone a estudiar. Ese mayor que no sale de casa entre semana, y cuando lo hace es para ir a alguna otra clase extra escolar. Y que cuando por fín llega el viernes en el cual piensa que tiene libertad, se encuentra con sus padres que le empiezan a interrogar creando así un dialogo igual que este:
Padres: ¿A donde vas?
Yo: A salir he quedado...
Padres: ¿Con quién?
Yo: Con los de siempre
Padres: ¿Y quienes son los de siempre?
Yo: Pues los mismos que los del fin de semana pasado
Padres: ¿Y a qué hora vas a volver?
Yo: ¿Me podría quedar a dormir en casa de un amigo?
Padres: Tendría que hablar con sus padres
Yo: ¿A las tres?
Padres: ¡A las tres! A las doce como muy tare
Yo: ¡A las doce, pero que exageración¡ A todos les dejan
Padres: Todos tendrán otros padres,  a la una
Yo: Dos y media
Padres: A las dos como muy tarde
Yo: Vale
Padres: Te esperaremos despiertos, a si que a ver que haces.

Todos los fines de semana igual. Las cosas ya no se reducen a un grito o un cachete y luego un lloro, ahora son cabreos. Y es que aunque cueste reconocerlo, el año que viene terminamos el colégio, se termina el proceso de cambio de joven-niño a joven-adulto. Y es que parece que fue ayer cuando arrancábamos un palo y lo usábamos como látigo o espada.





Ya se ha acabado, adios a mi infancia

Javier Barrientos

viernes, 11 de mayo de 2012

Tienen la razón


Es una gran verdad que "el que avisa no es traidor". Y cuantas veces hemos oído un "te lo advertí" o un "te lo dije".  Pero es que el hacer algo que no está bien de vez en cuando emociona. La situación de decidir entre "lo hago no lo hago" produce un nerviosismo el cual hace que salga una sonrisa en la cara acompañada por una risa tonta y alguien diciendo "no lo hagas". A todo esto el corazón se acelera y el cerebro empieza a optar por hacerlo. Finalmente decides hacerlo y entonces oyes "el que avisa no es traidor", pero no le prestas atención.

Pero claro, luego viene las consecuencias de la acción. Entonces el corazón, no solo se acelera, sino que se pone a mil, la cara se pone pálida y las manos y la frente empiezan a sudar, empiezas a tener un montón de calor y un escalofrío recorriendo tu cuerpo. Entonces te dicen la sentencia, y cuando parece que ha pasado todo oyes "te lo advertí"o un "te lo dije". Y nuestro cerebro piensa "Tierra, ¡trágame!"

Y es que, el que avisa no es traidor.

Javier Barrientos












Por que, pase lo que pase, siempre se da clase



Porque pase lo que pase, se da clase.

Javier Barrientos

jueves, 10 de mayo de 2012

Promesas que no llegan

No se si os acordáis, pero hace solo un año hubo en España un terremoto. Este ocurrió en Lorca. Fue el seísmo más fuerte ocurrido en España después de 50 años y se llevo consigo nueve vidas y varios edificios de esta localidad. La cadena de televisión Antena 3 ponía un titular que decía: "Lorca conmemora el aniversario del terremoto a la espera de las ayudas prometidas."
Este titular iba acompañado del siguiente texto:



Lorca cumple el viernes el primer aniversario de los terremotos que devastaron la ciudad en 2011, una jornada que conmemorará con homenajes a las víctimas y que mañana tiene como antesala una manifestación de los damnificados en protesta porque la reconstrucción apenas se ha iniciado y porque las ayudas prometidas no llegan.

Unas 7.500 personas, según las plataformas de afectados, aún siguen desplazadas de sus viviendas a la espera de recibir el grueso de las ayudas públicas reguladas por real decreto para reconstruir o reparar su casa, unos 230 millones de euros, cuyo pago se ha visto ralentizado por la lentitud de la burocracia y la falta de fondos económicos de la Administración regional.

En Lorca un año después de los seísmos, que causaron nueve muertos, 324 heridos, 1.200 millones de euros en daños y el derribo de 1.164 viviendas, solo dos edificios están en reconstrucción, la casa cuartel de la Guardia Civil y un modesto inmueble de bajo y dos plantas en la plaza de El Ibreño, además de algunas casas unifamiliares.

Unos 150 edificios siguen en situación de "indefinicin administrativa" a la espera de que los técnicos del Ayuntamiento decreten su demolición o su conservación, entre ellos varios inmuebles del barrio de La Viña, "zona cero" de la tragedia, y todos los que siguen en pie en el barrio de San Fernando.

Se han realizado más de 15.000 obras civiles de reparación del parque inmobiliario con las indemnizaciones del Consorcio de Compensación de Seguros, que ha abonado hasta la fecha más de 400 millones de euros correspondientes a más de 30.200 solicitudes.

Este dinero ha permitido que miles de familias reparen sus casas y ha maquillado las cicatrices estéticas de la ciudad, donde los solares producto de derribos tienen la superficie de 17 campos de fútbol, aunque las obras no han conseguido frenar el aumento del paro (7.530 desempleados en abril) en el municipio en sectores como el de la construcción, según la patronal Ceclor y los sindicatos.
El Ayuntamiento ya ha concedido licencias para reconstruir unas 200 viviendas y espera terminar el verano con 800 permisos otorgados, según el concejal de Urbanismo, José Joaquín Peñarrubia.

La comisionada del Gobierno para la recuperación de Lorca, Inmaculada García, prevé un efecto "contagioso" en los procesos de reedificación para los próximos meses en los que la ciudad se llenará de grúas, y recuerda que el Ejecutivo central aprobó en marzo un Real Decreto que incidirá directamente en esta cuestión.

Ese Real Decreto 11/2012 "marcará un antes y un después" en el proceso de reconstrucción y lo eleva a la posición de "una cuestión de Estado", defiende el alcalde, Francisco Jódar, que asegura que los dos reales decretos anteriores del Gobierno socialista presentaban "lagunas". La nueva norma permite "superar" el problema de falta de liquidez financiera por parte de la Comunidad Autónoma a la hora de poner su 50 por ciento" de las ayudas, añade Jódar, que prevé que el pago a los
damnificados sea "inmediato".

Mi conclusión: antes de ayudar al resto, deberíamos ayudarnos a nosotros mismos.

Javier Barrientos

A lo grande por lo pequeño

He aquí un mapa de las recientemente
descubiertas ciudades y canales de nuestro
planeta vecino más cercano, Marte. Comience
en la ciudad marcada con una N, en el polo sur, y
vea si puede deletrear una oración completa
recorriendo todas las ciudades, visitándolas sólo
una vez y regresando al punto de partida.







Cuando este acertijo apareció en una revista por primera vez, más de cincuenta mil lectores
dijeron: “no hay solución posible”. Sin embargo, es un acertijo muy simple.

La respuesta: Los cincuenta mil lectores que respondieron: “no hay solución posible”, resolvieron
el acertijo. Esa frase es la que da una vuelta entera al planeta.

Es verdad que este acertijo no parece fácil en un principio. Te tiras un buen rato pensando y
comiéndote la cabeza hasta que te rindes y dices: "no hay solución posible", y ¡voilà!, diste con
la solución, no era tan complicado, al final lo has resuelto en un momento y sin darte cuenta.

Este acertijo nos demuestra que, a veces, de cosas sencillas y simples hacemos un mundo
enrevesado y muy complejo. Convertimos un pequeño grano de arena en una gran montaña.
¡A LO GRANDE POR LO PEQUEÑO!

Una vez leí esta afirmación, que refleja lo que quiero transmitir: "Toda situación de la vida
es simple. Puede ser simplemente difícil o simplemente fácil, pero siempre es simple. La
complejidad es un condimento propio que carece de realidad."

Javier Barrientos

¡Hasta los colores!

Esta imagen nos muestra de una forma cruel (pero cierta) la cruda realidad. Las mujeres tienen
una mayor capacidad detallista. Es por esto por lo que cocinan mejor (por ejemplo).

Sin embargo los hombres son unos descuidados en general, no les importan mucho los detalles
porque no van a influir mucho en su vida...o tal vez sí, nunca se sabe.

La conclusión a la que llego (una vez más) es que no hay que ser machistas. Además hay que
intentar mejorar nuestra capacidad para rematar los detalles, el cambio en el resultado del
trabajo puede ser sustancial.

Javier Barrientos